La educación de los padres influye en las actitudes de sus hijos |
El abuso de poder es una forma de violencia que se expresa en diversos ámbitos de la sociedad. Desde los funcionarios, la burocracia y el uso ilegítimo de la ley. Nadie está exento de ser víctima de la impotencia.
El poder es la falta de impedimento para obrar, pero todo poder debería estar regulado para no convertirse en un arma de doble filo para cualquier sistema social de la actualidad. El poder y la manipulación es una capacidad que se aprende desde estadios tempranos del desarrollo humano. Un ejemplo claro es el que se da en todas las escuelas.
La escuela es un centro social clave en el desarrollo y en el aprendizaje natural (no estimulado) del manejo de poderes. En las aulas de todas y cada una de las escuelas del mundo, los niños excluyen a sus compañeros y adquieren la capacidad para diferenciar y reconocer la existencia del poder. Los grupos sociales centralizados, por su parte, representan dentro del establecimiento educativo ni más ni menos que un signo de diferenciación, a causa de un eje dominador y sus subordinados que actúan para tal.
A partir de la escuela, los niños crecen con la idea de que existe una autoridad democrática (elegible) y una autoridad poderosa (no elegible) que comanda aspectos en el orden social, pero que no se puede evitar debido a que es muy difícil que todos conspiren en su contra.
El abuso de poder aparece entonces, cuando el actor social (líder), no se interioriza en la necesidad o las necesidades de su campo de acción. A causa de este efecto de desinterés, muchas personas se ven perjudicadas. Es importante destacar que el poder puede ser abusivo contra una o varias personas al mismo tiempo y que solo la rebeldía y la organización puede liberar la compleja situación.
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