lágrimas en los ojos
El amor y el sufrimiento

El amor es el sentimiento más bonito de todos, pero cuidado, puede llegar a destrozarte en segundos

Alguna vez habremos oído hablar de los padecimientos de una familia ante la perdida de un ser querido. La verdad es que el dolor puede ser tan inmenso y directamente proporcional al amor acumulado hacia esa persona.

Cuanto más se ama, más se sufre. La muerte, en especial de un hijo puede significar una verdadera tortura enormemente profunda para sus padres, y esto es independiente de la edad del hijo, aunque suele aceptarse aún menos si ese hijo era pequeño. 

El amor en la pareja

El amor en la pareja también puede resultar traumático, en ocasiones puede marcarnos para siempre. Un desengaño, una traición o un amor no correspondido son difíciles de aceptar y por ende pueden desencadenar reacciones de todo tipo incluyendo violencia y actos delictivos.

Proteger nuestros sentimientos

Proteger nuestros sentimientos es una profilaxis fundamental para evitar futuros sufrimientos exacerbados. La idea de "protección" nos hace pensar en muchas cosas que quizás no tengan mucho que ver con los sentimientos, sin embargo, "la protección", debe realizarse desde la "entrega" hacia las demás personas. Protegerse no significa evitar amar, sino que indica que debemos tomar ciertos recaudos a la hora de hacerlo, especialmente en relación a nuestros impulsivos deseos y a las más apetitosas ilusiones.

El dolor del alma

El dolor del alma es muy superior al dolor físico, y por momentos podemos sentir sensaciones de angustia y depresión intensas, y es necesario permanecer cerca de nuestros seres queridos para superarlo. Nuestro corazón es mucho más que un simple órgano humano, es amor y un manojo de emociones de vital importancia en nuestra vida, protegerlas es  muy importante.

La recompensa del amor

La recompensa del amor no se obtiene ni se obtendrá en este mundo, el amor es infinitamente sabio y a menudo inevitable, y es por ello que solo debemos limitarnos en comprenderlo como es y aceptar su realidad como parte natural de la vida, es por ello que no hay que negar amor, no hay que obsesionarse con el amor ni tampoco intentar retenerlo.

El amor es como un viejo tren con pocas estaciones, y como un gran rió que se abre canales para todos lados sin motivo ni razón alguna, nos llega parte de su agua en todo momento, y esa agua nos nutre hasta que el amor se discurre. Es frecuente y hay veces que este sentimiento se queda con nosotros para siempre, y es en ese mismo momento cuando nuestra entrega es inevitable y nos dignamos a vivir sus proezas e intentamos esquivar sus golpes.

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