bebe durmiendo

Cada hora, cada minuto, cada segundo es oro en nuestra vida;  y como no serlo, si transcurrimos un camino único e irrepetible que... nunca más hemos de volver a pisar. La vida es un camino, en el cual no importa su extensión sino su contenido. Todos dejamos un rastro en el mundo, somos piezas de un gran sistema que nos necesita para sobrevivir.

Todos los días sale el sol y comienza un nuevo mundo por descubrir, la esperanza se renueva y estamos listos para aprender y emprender un viaje irrepetible. Aunque todos los días parezcan iguales, la rutina es solo una ilusión perceptiva, nunca hay que creer que la vida es demasiado aburrida para no soportarla, por que ese día nos llevaremos una gran sorpresa.

Y la vida renace otra vez, un bebé observa la luz y de hijos pasamos a ser padres, y de ser vivientes pasamos a ser ángeles vivientes por siempre. Saldrá el sol otra vez y otro niño nacerá, muchos pasarán a la eternidad, aquella gloria de la que ninguno querrá apartarse una vez alcanzada.

Y digno será quien haya vivido la vida con alegría, quien haya dejado semillas de felicidad, quien haya respetado al prójimo; aquel que con una sonrisa en el rostro habrá iluminado 100 más a su alrededor. El que contagia a los demás de positivismo y da buenos consejos. Somo ángeles, somos energía y todo aquello que queramos ser.

Podemos ser abuelos o haber llegado a ser solo niños. Podemos entregar y recibir amor, después de todo la vida renacerá.




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