adolescencia
Katia leyendo” del pintor Balthus (1908-2001)
La vida tiene muchas etapas que comienzan y terminan sin propiciar cambios significativos. La adolescencia es muy diferente a los demás estadios, repercute con gran intensidad en cada aspecto del individuo llegando a provocar una catarata de transformaciones en todos los niveles, físico y mental.

La llamada crisis existencial o de conducta en la adolescencia

En la etapa de la adolescencia podemos notar a muchos jóvenes que entran en la llamada "crisis existencial". Ésta misma, lleva a muchos de ellos a caer en una estado de depresión, donde se sienten bastante desorientados, desconcertados, decepcionados con el mundo que los rodea llegando a criticar todo lo que se les aparezca en frente.

Esta etapa puede durar desde un periodo breve o empeorar y convertirse en casos problemáticos, en los cuales el adolescente recurre a la violencia, a la delincuencia o a los abusos del alcohol y las drogas. Se caracteriza principalmente por una pérdida del sentido del vivir, no saber que hacer, como reaccionar a una determinada situación, quien ser y como serlo.

El joven se encuentra inmerso en una realidad que le es ajena al mismo tiempo que propia, un estado crítico lleno de incomprensiones que casi siempre resulta ser pasajero. Esto a la vez puede acentuarse en consecuencia de problemas económicos, de familia, escolares, pérdida de afectos, etc.

Al ingresar en la adolescencia surgen las típicas charlas con el yo interior y las preguntas más filosóficas ¿ Qué sentido tiene la vida?, ¿Cuál es mi rol?, ¿Por que cierta cosa es así y no de otra forma?. El sentido de culpa siempre presente, plantea un nuevo interrogante, ¿Por que a mi?.

Todos los seres humanos atravesamos crisis existenciales al entrar en la adolescencia, pero no a todos se les manifiesta de la misma forma. Algunas personas reprimen lo que sienten y callan esa angustia, otras lo expresan mediante diferentes actos de comportamiento y variadas expresiones conductuales, (cambios repentinos del estado de ánimo).

Muchas de las alteraciones psicológicas que el adolescente sufre son causa de una profunda transformación física y hormonal, la definición y aceptación de un nuevo cuerpo, inserción en el mundo de la sexualidad, la atracción por el sexo opuesto o por pares del mismo sexo.

El adolescente en virtud de los cambios y la incorporación de un nuevo rol, comienza a tomar una actitud de pseudoindependencia y necesidad de control sobre sí mismo; para ello debe librarse de las reglas impuestas por sus padres, adoptando una actitud de oposición hacia ellos.

No solo el comportamiento rebelde es hacia los padres, sino hacia ellos también; realizando modificaciones en su apariencia, personalidad, se cierra en su propio "mundo aparte", al que nadie puede acceder sin su aceptación y muchas veces se involucra en situaciones de riesgo, incluso perjudiciales como principales métodos de huida (tabaco, alcohol, drogas).

Durante este periodo los adolescentes no buscan refugiarse en sus padres, ni maestros y muy pocas veces en médicos. Ellos prefieren encontrar comprensión en amigos o personas de su misma edad, los cuales atraviesan la misma etapa. Muchas veces esto no es beneficioso, debido a que corren peligro de ser arrastrados y manejados por las "malas juntas", que podrían llevarlo a un desconcierto y peligro aún mayor.

Tanto los chicos como las chicas desean su primera relación sexual. Las jóvenes se encuentran con el riesgo y la posibilidad de quedar embarazadas, mientras que los chicos se suelen obsesionar con su musculatura y tamaño viril. En ambos casos aparece una sana mezcla de ansiedad, miedos y estimulación.

La adaptación social como orientación en la sociedad

En la etapa adolescente  crecen rápidamente espacios en los cuales las interacciones sociales son más frecuentes, aunque paradójicamente se debilita el contacto con la familia. Cabe aclarar que la liberación con respecto a la familia no ocurre por igual en todos los adolescentes, sino que se establecen lazos más íntimos con personas extrañas que con los mismos familiares.

El adolescente se siente en cierto modo desarraigado de la sociedad en la que vive, no la comprende en su totalidad y la critica, la considera hipócrita en todos los sentidos.

En el puro aspecto de la sociabilidad, los jóvenes intentan encontrar un grupo de pertenencia con el cuál identificarse y formar nuevas amistades y relaciones. La amistad, en este caso juega un papel muy importante, ya que en ella encuentran su propia identidad y los ayuda a desarrollarse personal y socialmente.

El concepto de amistad, para el adolescente significa entablar algún tipo de relación que se base principalmente en la confianza mutua y la lealtad por sobre toda las cosas. Los amigos se convierten en las personas perfectas para poder confiar, los consejeros e incluso inexpertos correctores.

En esta fase de la vida, los jóvenes se vuelven más vulnerables a la influencia de un grupo determinado, y allí nace una exclusiva discriminación, "quien no reúna las características necesarias, pues no es parte de él". Los grupos aquí formados son fácilmente identificables, comparten aspectos comunes, formas de vestirse y de hablar, gustos, etc.

Deseo y ansiedad sexual adolescente con la compañía del alcohol y las drogas

La preocupación e intriga por temáticas sexuales va en aumento a partir de la salida de la niñez. Los que eran niños se convertirán ahora en adultos capaces de procrear y reproducirse. El sistema hormonal y natural del cuerpo obliga al adolescente sin quererlo a adentrarse en la intimidad y reconocer sus órganos sexuales en proceso de desarrollo.

La curiosidad por todo lo que es nuevo, sumado al apetito de independencia y evasión, inclina a algunos adolescentes a transitar peligrosos caminos de drogas lícitas e ilícitas. Todo ello es influenciado por la sociedad misma y los medios de comunicación.

El alcohol y el tabaco principalmente son dos componentes muy característicos del mundo adulto, que los adolescentes comienzan a utilizar como método de identificación, instrumento de evasión y divertimento en otros casos.

La familia y la escuela como principal soporte educativo de los jóvenes deberían influir positivamente, para que el paso por la adolescencia no constituya un recuerdo desagradable.

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