Fanáticos

Las emociones humanas son complejas expresiones químicas que derivan de un sin fin de interacciones neuronales, la mente, desde una perspectiva más abstracta controla no solo las emociones sino todo lo que somos y hacemos.

Todos los individuos crecemos en un entorno medianamente controlado, compuesto por un núcleo familiar, que puede o no existir como tal, pero que casi siempre es socialmente activo y de alta influencia. Pues es a través de nuestros pares que logramos crecer y desarrollarnos.

Definimos al fanático como aquel sujeto capaz de cometer un acto de cualquier naturaleza aun fallando a sus más íntimos principios, e ignorando por completo cualquier intento propio o ajeno que conduzca a una fundamentación crítica y racional de su conducta. Tales actos giran en torno a un ser, a un objeto, elemento simbólico o ideológico, al cual el sujeto ama e idealiza.

Bases psicológicas y sociales que dan lugar al fanatismo

El fanatismo como fenómeno psicosocial, se constituye como una condición emocional desproporcionada y multicausal, pero que tiene mayormente un origen psicológico en personalidades de baja autoestima, y complejo de inferioridad. Desde un punto de vista social, se puede propagar viralmente en un grupo o comunidad con ideas y propósitos fundamentalistas que se comparten entre los miembros.

Los fanáticos suelen perseguir y adorar al objeto o al ser amado, quitándole a éste todo tipo de defectos hasta lograr verlo como un prototipo perfecto, por el que valdrá la pena propinar cualquier acción en su defensa.

Naturalmente, las personas desde la primera infancia suelen idealizar a sus padres convirtiéndolos en modelos a seguir, para luego más tarde en la adolescencia descubrir la naturaleza de sus defectos, y dando lugar a lo que se conoce como la primera decepción.

Esta primera decepción conduce a todos los individuos a buscar en la adversidad a otro ser amado al que seguir, que por supuesto no estará vinculado al círculo familiar. En esta búsqueda y dependiendo de las características de la personalidad del sujeto es cuando puede hallarse la primera vulnerabilidad que origine a un fanático. Dentro de un crisol de posibilidades, las personas elegimos con que identificarnos, un equipo de fútbol, un grupo de rock, una religión, una ideología política, una personalidad famosa o una caricatura.

Pero todos podemos elegir una opción de cada rubro y comportarnos sanamente, entonces ¿Qué es lo que aquí ha ocurrido, que ha fallado?

Todo lo que el ser humano es lo aprende del entorno y de la sociedad en la que interactúa, de manera que la conjugación de una cantidad importante de factores aprendidos que se orientan a lo mismo y que apuntan a encontrar a algo o a alguien como "casi perfecto", conduce a destapar las deficiencias personales y a orientar al sujeto a la consecuente imitación de aquel ideal.

Es por ello que el rol de los medios de comunicación masiva es crucial, pero también de los demás componentes de la sociedad, como ser las instituciones, el estado y todo núcleo de referencia.
Un ejemplo que retrata este escenario, es aquel que aparece en los marcos del deporte, en el fútbol y la identificación nacionalista a través de él.

" Esta aparición en escena de las clases populares y su nominación como "pueblo", al tiempo que define la interpelación populista como marco del período al convertir a las masas en pueblo y al pueblo en Nación, colocó al deporte como un dispositivo eficaz en la construcción de una nueva referencialidad nacional." Patria, deporte y populismo. Pablo Alabarces.

En la no búsqueda de la verdad

El creciente dogmatismo en el que se ve envuelto el fanático no solo le resta libertad a sí mismo, sino que lo aprisiona a un comportamiento estructurado, que responde a un interés propio no concebido en la realidad, una idea que ha sido impuesta forzosamente por aquellos generadores de identidad y del populismo.

“La nación bajo un uniforme: fútbol e identidad nacional en Colombia, 1985- 2000”, de Andrés Dávila y Catalina Londoño, propone una lectura crítica de la tesis de la orfandad de símbolos e instituciones capaces de cohesionar a la sociedad colombiana y de dar sedimento a la construcción de la nación.” Futbol, identidad y violencia en américa latina. Pablo Alabarces

Diferencia entre ideología crítica y fanatismo religioso

Partiendo desde la base del más simple adoctrinamiento personal hasta los extremos de la santa inquisición, nunca queda bien establecido aquel momento en que un individuo puede convertirse en un verdadero fanático religioso. Pero la diferencia en realidad es más bien clara.


Mantener una idea no es lo mismo a idealizar, así como también perseguir una doctrina de fe no significa perder el sentido común ni el espíritu crítico. Por ello, es que al igual que en los casos anteriores el fanatismo solo puede tener lugar en un contexto donde la vulnerabilidad psicológica del sujeto lo permita en concordancia con una masa impulsora externa que lo guíe y lo induzca a referenciarse.

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