"No respetar la fe de las personas, es una grave falta a la moral social. Cuando un dios o una figura no represente nada para ti, igual respétalo y no te burles de él, ni lo pongas en ridículo públicamente; ya que es venerado y ofende la sensibilidad de otros. Este acto solidario en virtud del culto ajeno constituye un importante valor de respeto hacia el sentir de los demás, y colabora fielmente con los principios más fundamentales de la convivencia y la diplomacia."

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