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En el fondo de nuestras almas nunca abandonaremos al niño que fuimos y siempre seremos.

Mirando hacia atras por unos instantes hallaremos la parte mas tierna de nuestra alma, aquella que en aquellos dias inundada de inocencia y plenitud nos mostraba una limitada parte del mundo, esa parte se asomaba ante nuestros ojos como una puerta desconocida, a la que debiamos atravezar para disfrutar de sus encantos.

Nuestros juegos eran nuestras mismisimas vidas, planteadas desde la perspectiva imaginaria de la creacion, esas pequeñas invenciones que nos llenaban el corazon de alegria, todo aquello, que con muy poco componian los acordes de nustra felicidad. Siempre seremos esos niños, que corrian al viento regalando una sonrisa, que se zambullian en la tierra por tomar la pelota, que se arrodillaban en pos de una vida fructifera y reluciente, donde la fantasia era el espectro de nuestras horas. Y el tiempo era agradable y compasible, y la gente no era mas que la sutil compañia de la confianza y el respeto.

Abrimos los ojos, el mundo ha cambiado, pero nunca abandonaremos lo que fuimos por que es parte de nuestro ser, y con orgullo continuamos por la senda de esta interminable infancia...
Para todos los niños del mundo, y para todos aquellos que viven con el corazon y la pureza de un espiritu jovial.

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